Las raíces del Afghan Kush se remontan a la cordillera del Hindu Kush cerca de la frontera entre Afganistán y Pakistán. Se ha perfeccionado durante siglos, lo que lo convierte en la fuente definitiva de hachís como el charas y el pegajoso hachís afgano negro. White Label Seed Company, un socio de Sensi Seeds de los Países Bajos, puso sus semillas a disposición de todos para que las cultivaran. Los cogollos de la Afghan Kush se convierten en enormes pepitas romas llenas de resina y con grandes rendimientos. Venerada por su alto contenido de resina y sus potentes efectos sedantes, la Afghan Kush es la mejor opción para cualquiera que busque relajarse después de un largo día.
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